martes, 3 de abril de 2012

Rumbo al Norte con mis dos amigos.

Con mis dos amigos inseparables en las buenas y en las malas, con ellos que siempre están conmigo y no  me joden para nada, mañana a la noche parto hacia Tranqueras a disfrutar de las costumbres tradicionales de la Semana Santa de ese pueblo: remontar cometas, comer orejón con arroz, juntar marcela por la ruta, caminar por la ruta saludando a los vecinos que me van frenando para llegar a mi destino. Casi todos ellos se fijan en el aspecto tan curioso de uno de mis fieles amigos, y siempre termino hablando de él (además de alguna anécdota sobre que me vieron en la tele, o en la prensa sobre alguna carrera). Así va mi caminata de viernes santo.

El amigo que mencioné derrocha todo su encanto, que hace que cuando pasamos por la ruta  que va al pueblo, todos los paisanos que están a sus orillas, se asoman asombrados y divertidos para verlo cruzar y saludar.
Bueno, es hora de presentar a mi vistoso amigo. Como solo desarrolla unos 60 km/h, y él sabe que me gusta mucho el interior, me obliga a disfrutar de los encantos naturales de la ruta, porque a esa velocidad puedo mirar a todos lados!! Además con 800 pesos de combustible para ida y vuelta (y no paga peaje) que más le puedo pedir a este gran amigo. Como ya conoce el camino, no digo que se maneja solo, pero me ayuda bastante...

Acá va mi otro amigo, el mate! En el largo camino, él me acompaña silbando bajito alguna canción folklórica que escucho al amanecer.





Allá voy con mis dos amigos, ya falta poco y venceremos el camino!! Vamos vamos que nos espera, la ciudad que tanto quiero y llevo dentro!

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