CORREDOR NOSTALGICO

Estaba viendo por la ventana de mi casa  el gran movimiento por la calle Agraciada de "nostalgiosos", que con el pretexto de celebrar esta peculiar fiesta uruguaya,  salen a divertirse, tomarse algunas copas y desenchufarse, aún los que normalmente no salen nunca. Como esos trotes no son muy de mi interés , me puse a pensar cuáles son las cosas que me dan una nostalgia "alegre". Por ejemplo mi infancia en mi pueblo, los años de escolar con amigos que aún mantengo, mis primeros trabajos con mi padre desde temprana edad, mi venida a Montevideo abandonando el lugar que tanto quiero pero al mismo tiempo abriendo nuevos horizontes  impensados.  También mis inicios en la vida deportiva.
Pensando en estos inicios, me vinieron a la mente algunas anécdotas graciosas que tal vez a alguien más "ciudadano" no le hubieran pasado nunca.
Recuerdo que en octubre del 92, mi primer viaje a Argentina., para concurrir a la Maratón de Bs. As., íbamos con Waldemar Cotelo, un gran compañero y amigo, él para correr los 21 km y yo los 10, y debíamos viajar en Ferry Líneas. Era un barco viejo que trasladaba vehículos en la parte de abajo y pasajeros arriba. Yo no me animaba a subir y le decía a Cotelo: "eso es un bote demasiado grande, no me quiero subir", a lo que Cotelo respondió con su famoso dicho: "no pasa nada, compañero" y me arrastró de la ropa para que subiera. Por suerte fue solo un susto y llegamos lo más bien.
En abril del 93 viajaba a Victoria, Espíritu Santo, en Brasil, a las 10 Millas Garoto, organizada por la fábrica del famoso bombón y ahí fue mi primer viaje en avión y de compañero... ¡Cotelo! Ya tres días antes no dormía de miedo, y cuando ví el avión me pareció que era demasiado grande para volar, pero juntando todo el valor igual me subí. Al ajustarme el cinturón dejé el mate entre el asiento y mis pies, y al elevarse el avión.... ¡allá se fué el mate rodando y yo atadito y sin poder hacer nada! Después la azafata metida debajo de los asientos para ver por donde andaban la bombilla y el mate!   Como cada varios metros había unos teléfonos por los que las azafatas se comunicaban, le pregunté a mi experimentado compañero para qué eran aquellos artefactos, a lo que me contestó con mucha seguridad. "es para que si nos caemos, irle avisando a los parientes!" Por suerte también fue nada más que otro susto.
Otra anécdota que me parece muy graciosa vista a través del tiempo, sucedió en la primera carrera que corrí, que fue en el Cerro, en el 91. Aquella carrera tuve la suerte de ganarla, pero fue toda una sorpresa para todo el entorno (corredores, organizadores y periodistas) porque era un desconocido total, un flaco que había salido nadie sabía de dónde y había ganado. Por eso los periodistas ( había muchos: estaban los de CW 50 Radioemisora Ciudad de MOntevideo, los del diario El Día, el País y los del diario el ECO del Cerro, y los periodistas del Polideportivo del 12) me trataban de preguntar cosas y yo entre los nervios, susto y cansancio no entendía qué pasaba. Cuando me preguntaron si era uruguayo, yo les respondí abriendo mucho los ojos y dando pasitos para atrás, que no, que era de Tranqueras!! Creo que algunos periodistas intentaban recordar de sus clases de geografía en qué continente estaba ubicado ese raro país. Por eso hasta hoy perdura la broma de decir: "ahí llega Veleda, de la República de Tranqueras!"
También me acuerdo con particular cariño, que ese mismo año, el 91, que ya llevaba varias carreras corridas y se organizó en el Centro Artigas - Uruguay de Tranqueras, en pleno centro del pueblo, una exposición de trofeos que ya llevaba ganados impulsada por dos grandes figuras locales: José María Almada y Juan Carlos Rodríguez. La gente pasaba y comentaba que esos eran los trofeos del flaco Veleda que está corriendo en Montevideo!
Estas y muchas cosas más... ¡lindas haberlas vivido pa poderlas contar!
Feliz noche de la nostalgia!!!!

Prueba del delito

Veleda antes y después!! 21 años de diferencia, ahora el tipo corre con musculosa fluó de tela dry fit, y championes multicolores de marcas famosa (y por lo menos un aspecto más fortachón aunque con poca diferencia).